Acciones estratégicas para fomentar la cultura ambiental en San José. Las Tunas, Cuba

El trabajo aborda el estudio sobre un conjunto de acciones en la comunidad de San José. Teniendo en cuenta las principales necesidades culturales de sus moradores, lo que se pudo captar a través del diagnóstico realizado previamente mediante la aplicación de un sistema de métodos y técnicas como el análisis y la síntesis, la observación, encuestas, entrevistas, lluvia de ideas, consulta a expertos, entre otros; con la participación activa y conscientes de los líderes formales de la comunidad. Las acciones priorizan la formación de valores y actitudes en una relación dialéctica entre las actividades práctica, cognitiva y valorativa, sin menospreciar la necesaria comunicación. Mediante las acciones propuestas se pretende estimular la participación activa de todos los actores sociales de la comunidad para mejorar las condiciones de vida sociales y naturales de los comunitarios con un enfoque endógeno de la transformación y, a la vez, captar recursos financieros y materiales a través de proyectos elaborados por los profesionales de la propia comunidad para mejorar las condiciones urbanísticas y ambientales del asentamiento en cuestión con lo cual se eleva la calidad de vida y la autoestima de sus moradores. Este sistema de acciones se encuentra en fase inicial de aplicación y ya se pueden mostrar como resultados el entusiasmo y la disposición de los comunitarios, así como el compromiso reparticipación de las diferentes estructuras del centro universitario de las tunas, entre otras instituciones.

Introducción

Cultura y medio ambiente han sido temas recurrentes en los hombres de pensamiento durante milenios desde la antigüedad, por la implicación que tienen para explicar los principales acontecimientos naturales y sociales. Este interés se incrementó con el desarrollo de la propia sociedad en sus fuerzas productivas, en tanto el hombre, aparentemente, se separaba cada vez más de la naturaleza y podía utilizarla únicamente para servirse de ella con lo cual se acumularon cambios en las condiciones naturales del planeta Tierra conducentes a los que hoy se conocen como problemas ambientales globales, entre ellos la contaminación de las aguas y la atmósfera, la destrucción de la capa de ozono, el calentamiento global, la desertificación y la sequía, la pérdida de la diversidad biológica y la desaparición de especies animales y vegetales.

Esos fenómenos están estrechamente relacionados con la cultura de los pueblos, con las diferentes culturas en las cuales se refleja el carácter contradictorio de la realidad social en todas las épocas históricas.

La cultura fue considerada como sinónimo de civilización y como un atributo de determinados grupos humanos dotados de condiciones que los situaban por encima de los demás, dados sus conocimientos, sus costumbres y sus modos de vida. Según esta óptica de enfocar la cuestión, la cultura no se entendía como un patrimonio de todos los grupos sociales, sino únicamente de los más desarrollados.

El inglés Tylor (1832 – 1917) ofrece una definición de cultura cuyos elementos principales tienen plena vigencia en la actualidad. Definiciones posteriores de cultura creadas por otros pensadores contienen las ideas aportadas por él.

En las condiciones del mundo actual con un desarrollo tan avanzado de las fuerza productivas capaces de crear medios para desaparecer la vida de la faz de Tierra a corto plazo, no sólo mediante el empleo de la bomba atómica u otras armas de destrucción masiva, sino como un proceso silencioso que destruye las bases naturales de existencia social. La percepción de esa realidad ha generado movimientos sociales que estimulan el conocimiento y la preservación de las condiciones naturales indispensables para la existencia humana.

Algunos autores actuales al abordar la cultura en general consideran en ella tres dimensiones. En una primera dimensión sitúan la separación del hombre de la naturaleza y aparición de rasgos y cualidades que revelan la condición de lo humano en su génesis y desarrollo; la segunda dimensión está dada por la formación de un sistema de opiniones, sentimientos, creencias y su cosificación, resultante de lo cual se forman los saberes y los modos de actuación humanos y la tercera comprende el conjunto de valores materiales y espirituales creados por la humanidad en el curso de su historia.

En el análisis de la cuestión ambiental no pueden separarse en la práctica lo natural y lo social por muchas razones a tener en cuenta ya que el hombre es naturaleza y no puede vivir sin ella al responder a las leyes biológicas aunque su esencia última sea social. La ciencia ha demostrado el origen natural de los seres humanos y su relación permanente con los componentes bióticos y abióticos del mundo. Sin aire, sin agua, sin plantas y sin animales no podemos vivir ni trabajar.

Hoy se reconocen integrados al medio ambiente los distintos factores que influyen en la vida humana ya sean bióticos, abióticos o sociales y su contenido no puede encerrarse en ninguna de las más de cien definiciones usadas. Se trata de un sistema complejo y dinámico en el cual ocupan un lugar central las relaciones ecológicas y socioeconómicas en constante evolución a través del proceso histórico de la sociedad, el patrimonio histórico – cultural, lo creado por la humanidad, las relaciones sociales y la cultura.

La cultura ambiental se aprecia donde se enlazan armónicamente la cultura y el medio ambiente como dos realidades sociales muy generales dando lugar a un sistema de conocimientos, concepciones, puntos de vista, hábitos, costumbres, capacidades, actitudes, valores, relaciones sociales, tratamiento a la naturaleza y entre los humanos para propiciar la orientación de los procesos económicos, sociales y culturales hacia el desarrollo sostenible.

La cultura ambiental es una de las vertientes del desarrollo cultural comunitario en cualquier sociedad y especialmente en la cubana donde se ha trabajado tanto por superar culturalmente al pueblo como parte de la política cultural general del Estado encaminada a elevar el nivel y la calidad de vida de todos los ciudadanos con la participación activa y consciente de todos los actores sociales de las diferentes estructuras del Estado, de la sociedad civil, de las familias y de cada uno de los individuos.

Para el análisis de la comunidad de San José en cuanto al tema tratado es necesario tener en cuenta sus condiciones propias y la influencia de factores más allá de sus límites, tanto en lo nacional como internacional.

Constituye un asentamiento semiurbano de reciente creación y en desarrollo, pero las primeras familias se ubicaron en el territorio desde los primeros años de la década del sesenta del siglo XX. Actualmente está constituido por moradores procedentes de diferentes localidades de la provincia y de otras provincias situadas más hacia el oriente.

En esta comunidad se han dado pasos de avance en el desarrollo de la cultura. Por ejemplo, se construyó la escuela primaria para niños desde preescolar hasta cuarto grado, la casa de cultura municipal ubicó allí una promotora cultural; se creó un grupo musical aficionado; se constituyó un consultorio del médico y la enfermera de la familia para la atención primaria a los moradores del lugar; se construyeron una bodega o tienda mixta y una placita para vender los productos agrícolas; están constituidas todas las estructuras de las organizaciones de masa y el núcleo zonal del partido comunista de Cuba (PCC); vive allí la Delegada de la circunscripción, que es a la vez presidenta del consejo popular e integrante de la Asamblea municipal; existe buen nivel promedio de instrucción general de la población, es una zona electrificada y todas las familias tienen acceso a las informaciones radiales y televisivas en sus propias casas.

No obstante estos logros no se satisfacen las necesidades ambientoculturales de sus pobladores y se aprecian insuficiencias tales como: no se aprovechan las potencialidades productivas existentes en la comunidad y sus alrededores; el aspecto estético de las viviendas – interior y exterior – denotan carencia de iniciativas y disposición para mejorar la ambientación de las mismas y contribuir al ornato público; las opciones recreativas existentes para los distintos grupos poblacionales son escasas y poco disfrutadas, el inadecuado tratamiento a los desechos sólidos y líquidos propicia la contaminación ambiental; es limitado el conocimiento de la teoría hacia el interior de la problemática ambiental y cultural, no existen acueducto y alcantarillado y la calidad del agua no es la mejor; es insuficiente el surtido de productos agrícolas en las variedades y cantidades requeridas para la adecuada alimentación, existen potencialidades volitivas sin estimular para el mejoramiento cultural y ambiental, no existen campos deportivos, ni biblioteca, ni cafetería, las calles no están pavimentadas ni tienen aceras; la mayoría de las casas carecen de jardines ornamentales.

El trabajo sociocultural en esta comunidad se ve afectado por limitaciones endógenas y exógenas tanto de índole material como organizativas, expresadas en un insuficiente aprovechamiento de las potencialidades culturológicas que la misma posee, lo que trae como consecuencia la falta de correspondencia con el proceso de transformaciones socioeconómicas que se desarrollan en el territorio. En la mayoría de las viviendas existen animales domésticos sin el debido tratamiento veterinario; las estructuras organizativas de la comunidad no han logrado movilizar a los comunitarios en función del ornato y ambientación de las viviendas y sus alrededores; el equipo de video existente en la escuela solamente se utiliza para actividades docentes de los escolares y no para la recreación o esparcimiento de los vecinos; se realizan poco las charlas de salud por el personal del consultorio; el abastecimiento de productos agrícolas a la placita (viandas, hortalizas y vegetales) es muy pobre; el punto de venta de productos ligeros está pobremente abastecido y casi siempre lo único que oferta es cigarros, tabacos y refrescos a precios altos, tampoco se organizan actividades deportivas.

En años recientes se financió un proyecto para mejorar la comunidad con la creación de un grupo musical pero al cabo del tiempo los resultados son poco apreciables y el grupo no cuenta con financiamiento para la continuidad necesaria en cuanto a la reparación de equipos, fundamentalmente. Por otras gestiones se plantaron un gran número de árboles pero la mayoría de ellos han sido destruidos debido al descuido de los propios comunitarios.

Para el desarrollo de la investigación se trazaron las siguientes tareas:

1. Revisión bibliográfica para establecer el posicionamiento teórico metodológico de la investigación.

2. Realización del diagnóstico de la comunidad para conocer la tendencia histórica, la situación real actual y las perspectivas de la evolución en ella de la cultura ambiental.

3. Determinación de las necesidades culturales de la comunidad, especialmente en cuanto a la cultura ambiental.

4. Elaboración del sistema de acciones para el desarrollo de la cultura ambiental en la comunidad de San José.

El sistema teórico conceptual que permite fundamentar teóricamente la ponencia se ha trabajado a partir del estudio de las obras de un conjunto de autores especializados en el tema cultural comunitario, entre los que se destacan: Héctor Arias, Ezequiel Ander – Egg, Rafaela Macías, Marcos Marchioni, Antonio Días, Carmen Mayoral y Roberto Follari. También se consultaron obras de especialistas en la temática ambiental: C. Darwin, J. R Acosta, Pablo Bayón Martínez, Fidel Castro Ruz, Carlos J. Delgado Díaz, F. Engels, Bruntland, Clara Elisa Miranda Vera, para sustentar el aspecto relacionado con la cultura ambiental.

Para la realización de la indagación científica se empleó el instrumental metodológico conformado por los siguientes componentes:

El enfoque dialéctico materialista permite el estudio de la comunidad de San José, la realidad tanto en su devenir, como en su desarrollo; lo cual contribuirá a sustentar las leyes, principios y categorías en que se fundamenta el objeto de estudio. Sólo con un criterio dialéctico es posible comprender el camino por el que se va formando la verdad objetiva de la realidad estudiada, la búsqueda de la solución a la contradicción expresada en el problema a resolver, para conducir al desarrollo sociocultural de la comunidad.

El enfoque culturológico es utilizado ya que los estudios culturales de comunidad al asumir los conceptos, métodos y principios del mismo, visionan el trabajo comunitario y dimensionan la problemática ambiental desde la cultura, como un proceso complejo y contradictorio que se enriquece para la reproducción material y espiritual de la vida, la preservación de la naturaleza y de la sociedad, el enriquecimiento de la identidad cultural de los pueblos y el patrimonio histórico cultural de la comunidad.

La interacción armónica de ambos enfoques posibilita las acciones investigativas para reflejar las particularidades de la cultura ambiental con un adecuado nivel científico en la comunidad de San José.

Actualmente en el campo de las investigaciones sociales, una vez superadas las polaridades y contraposiciones metodológico – conceptuales y aceptando que la investigación cualitativa y la cuantitativa no son excluyentes, se aplica en esta investigación la complementariedad metodológica.

No se trata de una suma o mezcla mecánica de métodos, procedimientos y técnicas. Se trata de la utilización en una combinación armónica de diferentes perspectivas teniendo como punto de partida la triangulación y la convergencia conducentes a la correspondiente síntesis multimetodológica en el estudio de la cultura ambiental en la comunidad de San José.

Fueron utilizados a partir de estos criterios, los siguientes métodos generales:

El método lógico – histórico, el lógico en tanto indica la regularidad, la tendencia de desarrollo del objeto de estudio dadas por su necesidad interna. El método histórico reproduce la historia, la memoria histórica de la comunidad estudiada y permite inferir la tendencia futura.

El método analítico – sintético consiste en el estudio de la comunidad, a partir de la descomposición en factores partiendo siempre de la identificación del factor fundamental capaz de generar acciones conducentes a un resultado superior y la integración del objeto de estudio como un todo para el trabajo sociocultural comunitario apoyado en procesos como la abstracción y la generalización.

El método inductivo – deductivo permite un razonamiento de gran valor al pasar de los hechos singulares presentes en la comunidad a las proposiciones generales, y viceversa, de manera que contribuye a establecer las regularidades metodológicas necesarias para llevar a cabo el trabajo sociocultural comunitario.

Otros métodos empleados fueron: la investigación – acción – participación que permite conjugar la simultaneidad del proceso de conocer y transformar mediante la participación activa de los comunitarios. Este método es de gran valor en el trabajo cultural comunitario donde las personas actúan a la vez como objetos y sujetos de autoconocimiento y autotransformación y se sienten doblemente estimulados hacia el cumplimiento exitoso de las tareas propuestas.

Los métodos de la perspectiva metodológica cualitativa aportan el lado de la significación de las cosas; el fenomenológico permite la interpretación del fenómeno, desde la perspectiva de los sujetos. La teoría fundamentada, contribuye a la teorización conceptual. La observación selectiva participante permite al observador concentrar su atención en aspectos concretos de la realidad estudiada para profundizar en el conocimiento y perfeccionar las informaciones recogidas.

Las técnicas de ambas perspectivas, entre las que se encuentran: la técnica Delhfi, las encuestas, la observación, entrevistas en profundidad -enfocada y en grupos- aportan información general y especializada sobre el tema y permiten conocer cómo piensan, sienten y actúan los comunitarios.

La técnica DELPHI fue muy útil en la consulta al grupo de expertos de la comunidad y a los especialistas y funcionarios de otras instituciones, así como la matriz DAFO para el diagnóstico estratégico de la comunidad.

Para el diagnóstico sociocultural se tuvieron en cuenta como ideas rectoras la memoria histórica, las necesidades culturales, la relación comunidad – instituciones y la relación comunidad – entorno.

Para la construcción de los conocimientos se asume el paradigma interpretativo teniendo en cuenta su utilidad en cuanto a la significación y comprensión de las acciones humanas. Este paradigma se centra en comprender la realidad educativa desde los significados de las personas implicadas y estudia sus creencias, intenciones, motivaciones y otras características del proceso educativo no observables directamente ni susceptibles de experimentación (Gil Flores; webgrafía: 7) Esto sin despreciar lo que pudo aportar el paradigma sociocrítico.

La investigación tiene gran significación práctica en tanto permite movilizar los recursos materiales, humanos y financieros hacia las acciones coordinadas para la transformación de los elementos tangibles e intangibles en el desarrollo de la cultura ambiental de la comunidad y elevar la calidad de vida de los comunitarios.

El resultado de esta investigación, contenida en la presente tesis, es el sistema de acciones para el desarrollo de la cultura ambiental en la comunidad de San José del municipio Las Tunas que guarda relación estrecha con el posicionamiento teórico y el diagnóstico realizados.

Una vez expuestos los aspectos principales contenidos en la tesis se está en condiciones de pasar al posicionamiento teórico respecto al tema.

Desarrollo

Análisis teórico conceptual de la cultura y el medio ambiente

El término cultura en su origen latín significa cultivo o elaboración. Son varias las definiciones y las interpretaciones que se le dan a este concepto en la literatura especializada. “En el sentido amplio, por cultura se debe entender el conjunto de valores materiales y espirituales, y los procedimientos para crearlos, aplicarlos y transmitirlos, obtenidos por el hombre en el proceso de la práctica histórico social. En un sentido más estricto se habla de cultura material (técnicas, experiencias productivas y otros valores materiales) y de cultura espiritual (resultados en el campo de las ciencias, del arte, de la literatura, de la filosofía, de la moral, de la instrucción, etc.)” (Rosental; 1981). También se utiliza el concepto cultura para designar todo el complejo mundo de la cultura artística y literaria.

La relación entre cultura material y cultura espiritual es tan estrecha y se interpenetran tanto que a penas pueden separarse en el pensamiento y no en la realidad. Cultura como concepto indica una forma particular de vida, de gente, de un período o un grupo humano y esta acepción de cultura está estrechamente vinculada con elementos tales como valores, costumbres, estilos de vida, normas, formas o implementos materiales y organización social. De ahí que para la antropología, la cultura consiste en pautas de comportamiento implícitas o explícitas adquiridas y trasmitidas mediante símbolos, y constituye el patrimonio singularizador de los grupos humanos, incluida su plasmación en objetivos.

La cultura como conjunto de relaciones humanas y como resultado de la interacción del hombre con la naturaleza y con la sociedad (Enoa, 2005), ha trascendido en el tiempo y le permite al hombre conservar, reproducir y crear nuevos conocimientos y valores necesarios para la transformación de su medio social y natural y cobra cada día mayor importancia como sostén fundamental de la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de los humanos.

Existe relación estrecha entre la cultura de los grupos humanos – en diferentes épocas y lugares – y sus relaciones con la naturaleza más allá del nexo genético original, así como con el deterioro ambiental, tanto a nivel global como en regiones y localidades.

El núcleo central de la cultura está en las ideas tradicionales y especialmente los valores vinculados a ella, de manera que los sistemas de cultura pueden ser considerados por una parte como productos de la acción y por otra como elementos condicionantes de la acción futura (Enoa, 2005:16)

La cultura, como fenómeno social complejo, no sólo se enmarca en los productos de la actividad humana, sino fundamentalmente en la realización del hombre como autoproducto, autocreación a través de lo que se expresa su desarrollo como ser social.

El criterio de desarrollo humano, y por consiguiente de la cultura, lo constituyen sus relaciones sociales, que conforman la «sustancia de la cultura”. La existencia y manifestación de la cultura se encuentra pues, en y a través de relaciones sociales que establece el hombre en la actividad vital.” (Guadarrama; 1991: tomo 2, p. 374)

Algunos autores actuales al abordar la cultura en general consideran en ella tres dimensiones a tener en cuenta, tales como la separación del hombre de la naturaleza y aparición de rasgos y cualidades que revelan la condición de lo humano en su génesis y desarrollo; la formación de un sistema de opiniones, sentimientos, creencias y su cosificación, resultante de lo cual se forman los saberes y los modos de actuación humanos; y el conjunto de valores materiales y espirituales creados por la humanidad en el curso de su historia.

Edward Brunet Tylor (Inglaterra, 1832 – 1917) aportó una definición de cultura, que ha trascendido en el tiempo y es reconocido su valor por investigadores de otras generaciones. En la definición tyloriana se destaca el carácter complejo de la cultura y la integración en ella de los conocimientos, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre, así como la posibilidad de investigarla según principios generales y descubrir en ella las leyes válidas para el pensamiento y la acción del hombre.

Ya en el siglo XIX las concepciones evolucionistas consideraban a las culturas en movimiento a través de diversas etapas de desarrollo hacia lo que llamaron civilización. Según Morgan la evolución de la cultura se produce en tres etapas principales: salvajismo, barbarie y civilización.

Los investigadores veían a la evolución cultural estrechamente relacionada con la evolución biológica. Son notables en este aspecto las teorías de Herbert Spencer, Thomas Malthus y Charles Darwin, entre otros. Hacia finales del siglo XIX apareció el social darwinismo según el cual el progreso cultural y biológico dependía de la lucha por la supervivencia y la selección natural en la cual sobreviven los más adaptados.

Esta corriente biologizante asume una posición naturalista al tratar de aplicar mecánicamente a la sociedad las leyes naturales sin percibir las diferencias cualitativas entre ambos niveles del desarrollo.

El reconocimiento del origen de la sociedad humana como un producto de la evolución de la naturaleza a la cual pertenece inseparablemente para todos los tiempos debido a las exigencias metabólicas, reclama de la ciencia la observancia del vínculo visceral de cualquier creación humana con el medio en que se desenvuelven las personas. Esa realidad tan evidente no fue percibida en los primeros estadios del desarrollo social pero ya en la segunda mitad del siglo XVII aparecen intentos sistematizados de abordar desde posiciones científicas las diferencias culturales atribuidas a distintos niveles de conocimientos y logros racionales. No resultó fácil a estas ideas abrirse paso en medio de tantas limitaciones impuestas hasta entonces.

En oposición a las doctrinas evolucionistas darwinistas sociales y marxistas se desarrollaron en el siglo XX otras teorías entre las que se destaca la asumida por el estadounidense Franz Boas (1858 – 1942) y sus discípulos conocida como particularismo histórico.

Boas consideraba insuficiente la evidencia empírica utilizada para descubrir las leyes de la evolución cultural así como los intentos de esquematizar las etapas del progreso cultural del siglo XIX porque, según él, cada cultura tiene su propia historia, cada pueblo tiene su cultura y no comparte el criterio de unas culturas superiores a otras. (Macías: 2005:7).

Sin negar el carácter evolutivo de la cultura como un proceso constante de perfeccionamiento humano se asumió como válido este aporte de Boas para el estudio de la comunidad, ella también tiene su cultura creada y compartida durante varias décadas que puede servir como base y punto de partida para alcanzar metas superiores en cuanto a la cultura ambiental como parte de la cultura general integral en la teoría y en la práctica.

Se reconoce en esta tesis el valor científico del aporte de Tylor en cuanto a la existencia de regularidades y leyes generales en la sociedad y el no menos trascendente aporte de Boas referido a las particularidades y especificidades de la cultura en determinados grupos sociales y comunidades. Esos puntos de vista divergentes no se excluyen uno al otro, deben asumirse ambos dialécticamente como veremos más adelante en este epígrafe.

Otro aporte de Boas y sus discípulos ayudó a comprender la necesidad de los trabajos de campo entre los pueblos en evitación de las conclusiones especulativas, por eso la investigación tuvo un alto componente de interacción in sito con los comunitarios no sólo como objetos, sino, y sobre todo, como sujetos activos en el proceso investigativo.

Independientemente de asumir la existencia de cultura en los diferentes pueblos y grupos humanos cada cual con sus características propias no podemos dejar de asumir un enfoque dialéctico en el estudio de las comunidades y reconocer en ellos mismos la presencia, a la vez, de regularidades, de tendencias y leyes válidas para crear una ciencia generalizadora de la cultura con lo cual se descarta el relativismo cultural defendido por Boas. En la cultura también se manifiesta la relación dialéctica de lo relativo y lo absoluto.

En la cultura de San José conviven matices propios de ella con otros generales de la región y del país formados como parte de un proceso de interacción de otras culturas nativas o forasteras a lo largo de varios siglos lo que le permitió a Don Fernando Ortiz considerar a la cultura cubana como un ajiaco. San José no es una excepción, allí también existe un ajiaco, pero de menos data.

La antropología asume este proceso como difusionismo cultural atribuido a la tendencia, asegura Macías (2005), de los seres humanos a imitarse entre sí considerado como la fuente principal de las diferencias y similitudes culturales de los pueblos. Esta concepción surgió a inicios del siglo XX como oposición al evolucionismo predominante en el siglo XIX.

El autor de este informe investigativo reconoce la existencia de la evolución y la difusión de la cultura como complementarias en la mayoría de los pueblos. Sin la primera no hubiera avanzado la cultura en los grupos aislados durante los primeros estadios de la humanidad, la segunda es inevitable en las condiciones actuales del mundo globalizado aunque algunos pueblos mantienen resistencia ante la influencia de otras culturas.

El funcionalismo estructural británico, corriente antropológica de inicios del siglo XX , defiende el criterio de que antes de explicar las raíces de las similitudes y diferencias en la cultura de los grupos sociales la antropología cultural tiene la tarea de describir las funciones de las costumbres y de las instituciones. Esta posición es asumida, entre otros, por el polaco norteamericanizado Malinowski (1884 – 1942) por temor a la posible especulación y ausencia de cientificidad al no contar con registros escritos como garantía de la debida objetividad científica.

El francés Emile Durkheim (1858 – 1917) también hizo aportes importantes a los estudios culturales como los conceptos de solidaridad y conciencia colectiva imprescindibles para el estudio y la orientación del trabajo sociocultural comunitario en el contexto cubano actual para promover la participación y el accionar colectivo de los actores sociales y estar a tono con lo más esencial de los valores culturales del proyecto social cubano.

Para una investigación en la temática de esta ponencia es imprescindible hacer referencia a los representantes del neoevolucionismo cultural porque ellos enfatizaron en la influencia de los factores del medio sobre la sociedad y su cultura.

Leslie A. White: (EE.UU. 1900 – 1975), por ejemplo, postuló que la dirección global de la evolución cultural estaba determinada, en buena medida, por las cantidades de energía que podían ser captadas y puestas en funcionamiento per cápita por año. Este punto de vista no se puede asumir mecánicamente y pensar que a más consumo de energía, mayor cultura. Pero con un enfoque dialéctico materialista se puede aplicar a la comunidad de San José donde es necesario una mejor orientación en cuanto a la cultura alimentaria y una conciencia de productores.

Julián Steward (EE UU 1902 – 1972), pionero de la ecología cultural – a mediados del siglo XX – consideró significativo el papel de los elementos del medio geográfico (tierra, lluvias y temperatura con factores culturales), la tecnología y la economía en la cultura de los pueblos. Es innegable la influencia del clima, las fuentes hídricas, la calidad del suelo y otros factores naturales y tecnológicos en las costumbres y tradiciones sociales, ya sean montañas, o valles con suelo de aluvión, o regiones muy frías, o desérticos.

Steward se oponía al enfoque unilateral y lineal del desarrollo por etapas porque, según él, existen realmente variadas trayectorias de desarrollo, en dependencia de las condiciones iniciales ambientales y tecnológicas, entre otras. Es un enfoque multilateral apreciable para analizar el sistema de influencias concurrentes en los intercambios culturales en los tiempos actuales donde las comunicaciones han avanzado tanto.

Todas las corrientes antropológicas analizadas, a pesar de sus diferencias, aportan consideraciones imprescindibles para el posicionamiento teórico en esta investigación, aunque ninguna de ellas se puede asimilar como única, porque es útil como método consultar otras en busca de distintos criterios para enriquecer las fuentes que fertilizan el sendero hacia el posicionamiento del autor.

A partir de las consideraciones anteriores acerca del carácter histórico social de la cultura se comprende la presencia en ella de lo universal y lo individual pues a través de sí se expresa la universalidad de lo humano a la vez que la sociedad existe necesariamente en los individuos que expresan material y espiritualmente su cultura y participan con su actuación en la construcción de la cultura general expresada en la esencia humana como el conjunto de relaciones sociales. Junto con Lenin podemos afirmar que La conciencia del hombre no sólo refleja el mundo objetivo, sino que también lo crea.

En su tesis de maestría Fidel Álvarez (2001:10), por ejemplo, discrepa con Porzecanski en cuanto al uso del término “subcultura” porque, según él “minimiza el concepto de cultura, reduciéndolo y subordinándolo”. Para esa apreciación se basa en el criterio de que sería contradecir el planteamiento de que “la cultura no es suma de subcultura”, considera que las partes no son elementos independientes del todo, ni inferiores, que los miembros de una comunidad, etnia, sexo, religión o grupo social pueden tener y tienen particularidades y singularidades que no están presentes necesariamente en otros grupos sociales de un país o región, pero tienen rasgos esenciales universales que conforman junto a los de otras agrupaciones la cultura de un país, como costumbres, tradiciones, creencias, conductas, idiomas, valores, principios, sentido de pertenencia, etc. que se ponen de manifiesto constantemente en una nación.

Al continuar la polémica teórica con Porzecanski, Álvarez dice que ella analiza la cultura en la comunidad como “subcultura”. Para la autora ésta se da en las etnias, religiones, ocupaciones, en los estratos sociales, en los sexos. Él concibe la realidad como una totalidad compleja integrada por conductas, costumbres, tradiciones, creencias y valores que pone en práctica constantemente el grupo social, totalidad que, por su complejidad intrínseca y por la naturaleza de su constitución, no puede escindirse en elementos aislados, entiende que el todo no es igual a la suma de sus partes y la complejidad no puede simplificarse.

Sin conocer todos los argumentos aportados por Teresa Porzecanski en este posicionamiento y a partir de los argumentos encontrados en la tesis de Álvarez, y sin pretender restarle valor a sus discrepancias, puede plantearse otro ángulo del análisis basado en la concepción dialéctica de la relación de lo universal y lo singular, y del enfoque de sistema al analizar las complejidades de la cultura como los demás aspectos de la sociedad. En la relación dialéctica de lo individual y lo universal se verifica la interacción de lo único y lo diverso expresado en la tesis de que “el mundo único sólo existe en forma de conjunto de distintos fenómenos, objetos, acontecimientos que poseen sus características individuales (Guadarrama; 1991: tomo 1 p 50)

En todo objeto, fenómeno y proceso están presente, a la vez lo individual y lo universal. Lo individual es lo que distingue a un objeto de otro, es algo propio de sí. Universal es otra categoría más interna, más esencial, con fuerza de ley mediante la cual se expresa el nexo genético, la conexión del objeto con el sistema más general. Siguiendo la lógica de este análisis pude reconocerse la presencia de la cultura como categoría universal en las diferentes etnias, religiones, ocupaciones, estratos sociales, sexos, conductas, costumbres, tradiciones, creencias y valores de los grupos sociales. Otro tanto puede decirse de la cultura vista en sus particularidades como cultura económica, cultura política, cultura religiosa, entre otras. Retomando la relación de cultura y “subcultura” puede entenderse a la primera como lo más general, como lo universal y a la segunda como la categoría mediante la cual se expresa lo específico, lo individual, la manifestación concreta.

El enfoque de sistema reconoce, desde su visión más simple, la presencia de “subsistemas” íntegros formando parte de un sistema mayor sin depreciación entre ellos. Relación similar pude establecerse entre “subcultura” o subsistema y cultura como sistema, sabiendo que cada subsistema es, a la vez, un sistema en sí mismo.

En el caso específico de la comunidad estudiada, como en otro cualquiera, está presente su cultura forjada mediante la actividad propia y la interrelación con otras culturas a través de los años, allí coexisten lo específico y lo universal.

La temática ambiental está en la máxima prioridad de la ciencia al iniciarse el siglo XXI tanto en lo económico como en lo político, lo axiológico, lo jurídico y lo cultural porque está en juego la propia existencia humana y requiere atención urgente debido a que “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre” (Castro, 92).

¿Qué factores han conducido a esta dramática y un tanto apocalíptica situación para la especie humana a finales del siglo XX?, ¿Será posible evitar o remediar tal catástrofe?

Para preservar la especie humana es necesario atender urgentemente los problemas ambientales, sus causas, sus consecuencias y sus posibles soluciones como manifestaciones del desequilibrio en las relaciones propias de la sociedad humana y entre esta y la naturaleza debido a la gran carga contaminante vertida por la primera sobre la segunda más allá de las posibilidades para su recuperación. “…no hay tarea más urgente que crear una conciencia universal, llevar el problema a las masas (Ramonet; 2006)

Dado el nivel de interrelación e interdependencia prevaleciente en la actividad social, es imperativo un enfoque dialéctico, multilateral, exento de unilateralidad, objetivo y concreto de los problemas del mundo de hoy porque “Todo está asociado: analfabetismo, desempleo, pobreza, hambre, enfermedades, falta de agua potable, de viviendas, de electricidad, desertificación, cambio de clima, desaparición de los bosques, inundaciones, sequía, erosión de los suelos, biodegradación, plagas y demás tragedias” (Ramonet; 2006:400).

Muchos autores consideran la armonía en las relaciones sociales como una condicionante para la armonía en las relaciones sociedad – naturaleza. Talía Fung, por ejemplo, citando a Sagan; (1994), plantea: “…la reconciliación de la humanidad con la naturaleza, valor axiológico fundamental de nuestros días, pasa por la reconciliación del hombre con el hombre” (Delgado; 2002: 55)

A las mujeres y los hombres de este planeta siempre les ha interesado sus relaciones con la naturaleza y con los otros sujetos sociales, mas, aunque ese interés no siempre ha sido generalizado, ni ha tenido el mismo grado de profundidad, siempre un grupo de pensadores visionarios ha dedicado su intelecto y sus energías a la búsqueda de soluciones a los problemas propios de esta relación sobre la cual los criterios han variado a través de los tiempos encontrándose posiciones que van desde la indiferencia total hasta considerarlo vital para la humanidad.

Los problemas ambientales tan generalizados actualmente, tienen larga data y se manifiestan desde que el hombre primitivo comenzó a producir, dominar y utilizar el fuego con efectos destructores de los ecosistemas. “Hemos llegado hasta aquí después de un largo proceso de evolución de la sociedad humana en la cual pueden distinguirse tres saltos principales, a saber: la revolución neolítica donde surge la agricultura y se pasa de la economía apropiadora a la productiva, la revolución industrial produce el paso del trabajo artesanal al maquinizado y se crea la industria, y la revolución científico-tecnológica da paso a la producción automatizada” (Miranda; 1997:17).

El intercambio de la sociedad y la naturaleza en muchos casos ha sobrepasado las capacidades de autorregulación de los sistemas naturales, surgen así los llamados problemas globales que responden a las exigencias siguientes: (Guadarrama; 1991:297) afectan el destino y los intereses de todos los países del mundo o de una parte significativa de él; de su solución depende el desarrollo subsiguiente de la humanidad; exigen soluciones urgentes pues amenazan los fundamentos vitales, históricamente formados del género humano y su solución requiere de los esfuerzos mancomunados de toda la humanidad.

Son reconocidos en la actualidad como principales problemas ambientales globales, la pérdida de la diversidad biológica, el aumento de la contaminación de las aguas y la atmósfera, los cambios climáticos, la degradación de los suelos y el agotamiento de la capa de ozono.

En la amplia bibliografía consultada sobre esta temática se encuentran obras de especialistas como: C. Darwin, Rachel Carson, Mateo, J. R Acosta, Pablo Bayón Martínez, Fidel Castro Ruz, Carlos J. Delgado Díaz, F. Engels, Brunthand, Clara Elisa Miranda Vera, para sustentar el aspecto relacionado con la cultura ambiental.

Se trata de problemas globales que requieren el concurso de toda la comunidad internacional, especialmente los países más industrializados, para lograr la toma de conciencia y las acciones prácticas en función de mitigar y solucionar la crisis ambiental.

Dentro del gran conjunto de causas conducentes a tan dramática situación están las acciones inconscientes de los que desconocen la problemática en cuestión pero hay otros que asumen posiciones egoístas y pragmáticas y actúan a contrapelo de la realidad sin inhibirse ante las consecuencias fatales.

El hecho de que las soluciones deban ser globales no niega sino confirma el imperativo de acciones concretas en los distintos países, regiones, comunidades e individuos tanto en la práctica como en la conciencia.

Este es un elemento de partida a considerar en cualquier transformación sociocultural ambiental: el de combinar armónicamente los cambios en las condiciones de vida de las comunidades con la evolución de su pensamiento.

Podemos afirmar con Lenin que la conciencia no sólo refleja al mundo, sino que también lo crea porque no se pueden separar mecánicamente ambos procesos pues están dialécticamente entrelazados, ya los fundadores de la concepción dialéctico materialista de la sociedad humana lo demostraron, el hombre piensa como vive pero orienta conscientemente su actividad según piensa. Federico Engels, en carta a José Bloch se encargó de confirmarlo al plantear “… el factor que en última instancia determina la historia es la producción y reproducción de la vida real…. La situación económica es la base, pero los diversos factores de la superestructura que sobre ella se levanta… ejercen también su influencia sobre el curso de las luchas históricas y determinan, predominantemente en muchos casos, su forma” (Marx; 1971, t 3:514).

Un aspecto contradictorio a tener en cuenta en el desarrollo social es su influencia en la mejoría del bienestar social y, a la vez, a su deterioro hasta poner en riesgo la existencia humana. Salta a la vista una interrogante ¿El deterioro ambiental es un problema netamente social o natural?

Tocante a la cuestión ambiental no puede separarse en la práctica lo natural y lo social por muchas razones a tener en cuenta ya que el hombre es naturaleza y no puede vivir sin ella por responder a las leyes biológicas aunque su esencia última sea social. La ciencia ha demostrado el origen natural de los seres humanos y su relación permanente con los componentes bióticos y abióticos del mundo. Sin aire, sin agua, sin plantas y animales no podemos vivir ni trabajar.

Vivimos en una época turbulenta, de transición, de grandes amenazas y “estamos en presencia de una crisis de la civilización tecnológica industrial y de la cultura,… y por primera vez en la historia, el ser humano tiene la posibilidad de destruir el planeta” (Bayón/webgrafía/1).

Este autor hace referencia a los grandes y rápidos cambios que se están produciendo en el mundo, debido a la globalización de la economía, al acelerado crecimiento tecnológico, la apertura de mercados en los países periféricos, la privatización de empresas públicas, el desmantelamiento del estado social, el establecimiento de bloques entre países para lograr ventajas competitivas en el mercado.

Al referirse a la “actual crisis ambiental galopante”, menciona entre sus causa la deforestación generalizada y la pérdida de la diversidad biológica, el cambio climático, la disminución de la capa de ozono, las grandes hambrunas, las pandemias, la pobreza extrema, las guerras de enorme contenido ambiental, las migraciones que están cambiando la faz del planeta, los desequilibrios entre el Norte y el Sur y en el seno de las propias comunidades industrializadas, y unos desequilibrios demográficos avalados por la existencia de más de 6 000 millones de habitantes en el planeta. (Bayón/webgrafía/1)

Lo expuesto anteriormente permite afirmar que el mundo debe vivir dentro de los límites de la capacidad de autoregeneración de los sistemas terrestres, lo cual presupone el aprovechamiento de los recursos de la Tierra de manera sostenible y a la vez considerar que el desarrollo de la cultura ambiental está estrechamente ligado al desarrollo cultural general de la humanidad.

El término ecología es un antecedente del concepto medio ambiente y “fue forjado en 1869 por el biólogo Ernst Haeckel, y a comienzos del siglo XX vino a significar el estudio de una especie dada y de sus relaciones biológicas con el ambiente.” (Cruz; 2005:9)

A mediados del siglo los científicos elaboraron la noción de ecosistema como una unidad de estudio que comprende todas las interacciones entre el medio físico y las especies que en él habitan. En los años sesenta se descubre que las regiones más críticas desde el punto de vista ecológico eran las zonas de interpenetración de ecosistemas diferentes que al reunirse conforman un todo llamado biosfera.

“La etapa final, que ha llegado a ser una de las piedras angulares del programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la UNESCO, ha sido la inclusión en el concepto mismo de ecología del papel predominante que el hombre desempeña en la biosfera, de la responsabilidad que tiene en su evolución y por consiguiente, de la necesidad de tomar en consideración ciertos aspectos intangibles o no cuantificables del espíritu humano, tales como: la percepción que tiene del entorno y la manera como se concibe la calidad de vida.(Cruz; 2005:9)

Hoy se reconocen integrados al medio ambiente los distintos factores que influyen en la vida humana ya sean bióticos, abióticos o sociales y su contenido no puede encerrarse en ninguna de las más de cien definiciones usadas, una de las cuales define al medio ambiente como “un sistema complejo y dinámico de relaciones ecológicas, socioeconómicas y culturales, que evolucionan a través del proceso histórico de la sociedad, el patrimonio histórico – cultural, lo creado por la humanidad, las relaciones sociales y la cultura” (Universidad para todos, 2000, p.3.).

El debate científico sobre los problemas ambientales tiene ya varios siglos y ha sufrido modificaciones en el tiempo a medida que su tratamiento fue más imperativo. A partir del siglo XIX se desplaza desde el abordaje naturalista hacia las implicaciones del desarrollo tecnológico hasta su inserción en la vida política y sociológica general llegando a generar conceptos como biodiversidad, desarrollo sostenible y otros. Se reconoce la integración en el medio ambiente de tres grandes esferas de elementos: bióticos, abióticos y sociales.

Mateo (2000: 735) señala tres etapas en el debate ambiental.

La primera etapa sólo reconoce al medio ambiente como el medio natural, como la naturaleza. Aparece en el siglo XIX vinculada a conceptos como medio geográfico, ecología biológica, ecosistema y geosistema. Este debate se centraba en las características y propiedades de la naturaleza.

La segunda etapa se caracteriza por el debate desde un contexto tecnológico (Rachel Carson, 1964 y el Club de Roma, 1971). La dimensión ambiental comienza a buscar un espacio en el objeto de estudio de las ciencias particulares.

La tercera etapa centra su atención en el debate desde el contexto sociopolítico (Comisión Brunthand, 1987 y Cumbre de Río, 1992). Se pasa del ecodesarrollo al desarrollo sostenible. En este debate hay posiciones divergentes que van desde el ecofascismo hasta la izquierda verde radical.

Carlos Marx y a Federico Engels demostraron la diferencia cualitativa y la unidad indisoluble de la sociedad respecto a la naturaleza, enfatizando en el papel desempeñado por los factores sociales.

“La sociedad – señaló Marx – es la unidad esencial terminada del hombre con la naturaleza, la resurrección auténtica de la naturaleza, el naturalismo realizado del hombre y el humanismo realizado de la naturaleza” (Manuscritos Econ. y Filos. 1844)

Engels reconoce las potencialidades sociales para transformar la naturaleza en beneficio propio pero nos alerta que “No debemos lisonjearnos demasiado de nuestras victorias sobre la naturaleza porque esta se venga de nosotros por cada una de las derrotas que le inferimos. Es cierto que todas ellas se traducen principalmente en los resultados previstos y calculados, pero acarrean, además, otros imprevistos, con los que no contábamos y que, no pocas veces, contrarrestan los primeros” (Marx; 1981, t 3:75)

El reconocimiento del origen de la sociedad humana como un producto de la evolución de la naturaleza a la cual pertenece inseparablemente para todos los tiempos debido a las exigencias metabólicas, reclama de la ciencia la observancia del vínculo visceral de cualquier creación humana con el medio en que se desenvuelven las personas. Esa realidad tan evidente no fue percibida en los primeros estadios del desarrollo social pero ya en la segunda mitad del siglo XVII aparecen intentos sistematizados de abordar desde posiciones científicas las diferencias culturales atribuidas a distintos niveles de conocimientos y logros racionales. No resultó fácil a estas ideas abrirse paso en medio de tantas limitaciones impuestas hasta entonces.

Carlos Marx demostró en el siglo XIX que la esencia humana está dada por el conjunto de relaciones sociales sin dejar de reconocer el vínculo estrecho entre sociedad y naturaleza. No obstante, existen puntos de vista contrapuestos acerca de esa relación.

Las diferentes concepciones de pensamiento en cuanto a la relación sociedad – naturaleza pueden agruparse en tres líneas filosóficas principales, en una de ellas se produce la identificación de las leyes naturales y las sociales; en otra se consideran opuestas y separadas entre sí y en una tercera se concibe la Integración dialéctica entre sociedad y naturaleza.

Los representantes de la primera línea no comprenden la complejidad de la sociedad y reducen las leyes sociales a las naturales. Surgen así el determinismo geográfico y las teorías biologizantes de la vida social como el social darwinismo, el maltusianismo y el racismo. Este naturalismo filosófico que no distingue diferencias cualitativas entre la naturaleza y la sociedad asumió una posición materialista frente al idealismo en el estudio de la sociedad.

La otra línea filosófica también asume una posición mecanicista y concibe una oposición y separación radicales entre sociedad y naturaleza al consideran a esta última sólo en forma de objeto de contemplación, sin tomar en cuenta el papel activo, transformador del hombre; según esta línea la vida social está sometida a otro tipo de leyes ante todo espirituales; este punto de vista defiende el criterio de que la naturaleza no se desarrolla, pues sus leyes son constantes, repetibles y sólo se desarrolla la sociedad al cambiar su conciencia y enriquecerse las ideas.

La tercera línea filosófica tiene en cuenta la integración dialéctica entre sociedad y naturaleza. Los defensores de esta línea se apoyan en los descubrimientos de Carlos Darwin y otros donde se demuestra el origen natural del hombre, en la diferencia cualitativa de la sociedad respecto a la naturaleza, enfatizando en el papel determinante de los factores sociales y el papel del trabajo como factor esencial en el vínculo sociedad – naturaleza y en la humanización del hombre.

Esta tercera línea se identifica como el evolucionismo marxista. “Marx fue opuesto al social darwinismo” (Macías; 2005) pero no se puede negar la influencia recibida por él de las teorías de evolución y progreso cultural predominantes en el siglo XIX.

Marx enfatizó en la importancia de la lucha en la evolución y el progreso cultural porque el marxismo fue también fuertemente influenciado por las nociones prevalecientes en el siglo XIX de evolución y progreso cultural (Macías; 2005:10)

A la vez defendió la unidad indisoluble entre sociedad y naturaleza y en tal sentido expresó:

– “La sociedad es la unidad esencial terminada del hombre con la naturaleza, la resurrección auténtica de la naturaleza, el naturalismo realizado del hombre y el humanismo realizado de la naturaleza” (Guadarrama; 1991:284)

– “El que la vida física y espiritual del hombre se halla inseparablemente ligada a la naturaleza significa que la naturaleza está ligada inseparablemente consigo misma, ya que el hombre es parte de la naturaleza” (Guadarrama; 1991:290)

No es ocioso enfatizar, a partir de estas citas, en la condición natural de todas y cada una de las personas pues ningún individuo está dispensado de responder a las leyes biológicas, especialmente el metabolismo, como cuestión indispensable para vivir y conformar la población que junto al medio geográfico constituyen dos exigencias básicas indispensables para la existencia humana.

En la Estrategia Ambiental Nacional de Cuba se reconocen las “…ventajas que el socialismo como sistema ofrece para el desarrollo de una política ambiental efectiva, en particular por:

– El papel decisivo del Estado y las ventajas de una economía planificada, con capacidad para proyectar de forma armónica y a largo plazo, el uso de los recursos.

– Su concepción ético-social, el entorno social solidario que engendra y la integralidad conceptual en el funcionamiento del gobierno.

– Las ventajas que ofrece la propiedad social, repercuten de modo positivo en la protección del medio ambiente y el uso sostenible de los recursos naturales. (CITMA; 2006:11)

Cuando José Martí sentenció: “Ser culto es el único modo de ser libre” no se refería sólo a la libertad política, comprendía también otras formas de libertad material, incluida la ecológica y la libertad espiritual. Pues la aparente libertad del hombre para destruir la naturaleza sin respetar sus leyes, se revierte como una esclavitud de los efectos destructivos causados por el hombre. (Martí; 1884:9)

El propio Martí se encarga de aclarar la amplitud de su mensaje en cuanto a la cultura y la libertad cuando expresa “Los hombres necesitan conocer la composición, transformaciones y aplicaciones de los elementos materiales de cuyo laboreo les viene la saludable arrogancia del que trabaja directamente en la naturaleza, el vigor del cuerpo que resulta del contacto con las fuerzas de la tierra, y la fortuna honesta y segura que produce su cultivo.” y abunda en la relación entre los valores materiales y espirituales, y entre lo psíquico y lo físico en las personas al expresar “Los hombres crecen, crecen físicamente, de una manera visible crecen, cuando aprenden algo, cuando entran a poseer algo, y cuando han hecho algún bien”. Y agrega más adelante “La felicidad existe sobre la tierra; y se la conquista con el ejercicio prudente de la razón, el conocimiento de la armonía del universo, y la práctica constante de la generosidad.”, “Ser bueno es el único modo de ser dichoso”

Martí no se limita a dejar clara la respuesta en el sentido didáctico y va más allá haciendo uso de sus amplios y profundos conocimientos con argumentos válidos para todos y para todas la épocas al expresar que los hombres siempre necesitan de los productos de la naturaleza y que el único camino hacia la prosperidad es el de “…conocer, cultivar y aprovechar los elementos inagotables e intangibles de la naturaleza…” La relación entre cultura y medio ambiente es obvia en este posicionamiento martiano.

Y enfatiza que no se trata sólo de llevar conocimientos científicos y prácticos a los campos, sino también cultivar los sentimientos de las personas para la necesaria armonía en la convivencia humana “No sólo explicaciones agrícolas e instrumentos mecánicos; sino la ternura, que hace tanta falta y tanto bien a los hombres.”

“A un pueblo ignorante puede engañársele con la superstición, y hacérsele servil. Un pueblo instruido será siempre fuerte y libre. Un pueblo ignorante está en el camino de ser bestia, y un pueblo instruido en la ciencia, ya está en camino de ser Dios… el mejor modo de defender nuestros derechos es conocerlos bien, así se tiene fe y fuerza: toda nación será infeliz en tanto que no eduque a todos sus hijos. Un pueblo de hombres educados será siempre un pueblo de hombres libres. La educación es el único medio de salvarse de la esclavitud”

“Martí proyecta una concepción de la libertad real y la independencia total como única alternativa para resolver los problemas de Cuba, el equilibrio político de la región y el enfrentamiento a la expansión norteamericana”. (Velázquez; 04: 75)

Acudimos a Engels para dejar más claro cómo se debe entender la libertad y su relación estrecha con la cultura de los pueblos “La libertad no reside en la soñada independencia de las leyes naturales, sino en el conocimiento de estas leyes y en la posibilidad que lleva aparejada de hacerlas actuar de un modo planificado para fines determinados. Y esto rige no sólo en las leyes de la naturaleza exterior, sino también con las que presiden la existencia física y espiritual del hombre

“La libertad consiste, pues, en el conocimiento de nosotros mismos y de la naturaleza exterior, basado en la conciencia de las necesidades naturales: es, por tanto, forzosamente, un producto del desarrollo histórico” (Engels; 1965)

En las reflexiones martianas citadas aparecen nítidamente dos elementos indispensables a tener en cuenta en la cultura: las relaciones entre los hombres y entre estos y la naturaleza. Asimismo la producción material y la espiritual, así como la esfera cognitiva y la volitiva.

Este enfoque de la relación entre cultura y libertad tiene plena vigencia y aplicación orientadora para la elaboración y aplicación de una estrategia propuesta donde no deben faltar la orientación hacia los conocimientos de la ciencia y la tecnología, la formación de sentimientos y la ternura para lograr el necesario equilibrio del mundo humano y natural. Porque al decir de Talía Fung “la armonía entre el hombre y la naturaleza pasa necesariamente por la armonía entre los hombre” (Delgado; 1999:5)

Pero esa armonía entre los grupos humanos no existe y tal vez esté lejos de lograrse por el predominio de poderosas fuerzas con intenciones egoístas y hegemónicas.

El debate ambiental desde el contexto sociopolítico se inicia con el libro “Nuestro Futuro Común” de la Comisión Brunthand en 1987, y tiene entre otros momentos cimeros la cubre de Río de Janeiro para el Medio Ambiente y el Desarrollo, en 1992 y la cumbre “Río 5” en Nueva York en 1997.

Los acontecimientos señalados cambian radicalmente el enfoque del debate y se realiza desde una visión ambiental la teoría y la ideología del desarrollo. Se pasó del ecodesarrollo al desarrollo sostenible y a la sostenibilidad. Aparecen nuevos conceptos transdisciplinarios como ecología cultural, economía ecológica o ambiental y ecología política. Una heterogénea pero potente corriente ideológica se va conformando: el ambientalismo, que se manifiesta como un amplio abanico desde la ultraderecha (ecofascismo) hasta la izquierda verde radical. En la ciencia se forma el paradigma egocéntrico o ambiental reflejado en las distintas tendencias de la educación ambiental.

La mayoría de los autores consultados coinciden en que la cultura ambiental comprende un complejo sistema de conocimientos, concepciones, puntos de vista, hábitos, capacidades, actitudes, valores, relaciones sociales, tratamiento a la naturaleza para propiciar la orientación de los procesos económicos, sociales y culturales hacia el desarrollo sostenible.

La problemática ambiental cubana está condicionada por una difícil situación económica caracterizada, de un lado, por una insuficiente conciencia ambiental de los actores económicos y sociales, y por otro, por una también insuficiente aplicación de una política que en la práctica integre la dimensión ambiental a los procesos de desarrollo. Es por ello que se requiere de un manejo racional basado en la armonía entre la conservación de las conquistas sociales alcanzadas y la protección sostenible de los recursos naturales, y para ello se necesita de una población en capacidad de incorporar conscientemente en su vida cotidiana la dimensión ambiental.

Goncalves, citando por Gómez (2008:14), plantea: “El desarrollo cultural como proceso dinámico significa enriquecer la cultura, fortalecer las formas de expresión cultural, y poner la cultura a disposición de todos, promoviendo una amplia participación y creatividad mediante los recursos idóneos en un espíritu de respeto mutuo y tolerancia”

En este complejo proceso juegan un importante papel la forma de pensar y los estilos de comportamiento de las personas y de las comunidades, las políticas de los sectores de la economía, de la ciencia, de la educación y de la cultura pero, sobre todo, la existencia de una voluntad política que ya está garantizada por el Estado cubano y la capacidad para integrarlos.

En Cuba la cultura ambiental está estrechamente relacionada no sólo con la cultura general, sino también con la historia vivida por los habitantes de este país en etapas anteriores a 1959 porque el deterioro del medio ambiente se debe tanto a factores naturales como sociales, sobre todo a estos últimos que se acumularon desde la etapa colonial, durante los siglos XVI al XIX, y la seudo republicana, entre l902 y 1958, debido a la falta de voluntad política y a las estructuras económicas incapaces de poner en práctica programas ambientalistas y evitar esos males.

Según afirman los historiadores, en el diario del almirante Cristóbal Colón en su primer viaje a estas tierras, al llegar a Cuba escribió: Es la tierra más hermosa que ojos humanos han visto. Esta frase expresa por sí sola las bondades de la naturaleza en el archipiélago cubano, especialmente la vegetación, cuyos bosques cubrían casi toda la superficie del territorio. En breve comenzó la conquista y colonización del archipiélago y, como resultado del encuentro entre dos culturas desiguales, se implantó, por los recién llegados, un sistema esclavista que rápidamente exterminó la población autóctona sustituyéndola por la trata de africanos en un régimen despótico extendido durante los siglos XVI al XIX. En ese período estuvo muy deprimida la cultura ambiental, principalmente por el carácter colonial que se aplicó sintetizado en los aspectos siguientes:

– Explotación y extracción al máximo de los recursos humanos, naturales y económicos.

– Ausencia de políticas culturales, educativas y ambientales.

– Ausencia de nación, de identidad, incluso, de cubanos hasta el siglo XIX.

– Destrucción de los recursos naturales.

– Sistema esclavista donde las personas eran tratadas peor que animales, que tuvo en la reconcentración de Weyler, su expresión más deshumanizada.

Fue tratada con tanto desprecio la naturaleza en Cuba durante ese período hasta tal punto que su eco llegó a Europa y es recogido por Federico Engels en la cita siguiente: “Cuando en Cuba los plantadores españoles quemaban los bosques en las laderas de las montañas para obtener con la ceniza un abono que sólo les alcanzaba para fertilizar una generación de cafetos de alto rendimiento, ¡poco les importaba que las lluvias torrenciales de los trópicos barrieran la capa vegetal del suelo, privada de la protección de los árboles y no dejasen tras sí más que rocas desnudas!” (Marx; 1974: t 3, p 76)

En la seudo república la situación siguió casi igual, subordinada a los intereses yanquis.

En La Historia me Absolverá Fidel plantea los problemas principales que padecía Cuba en aquellos tiempos y entre ellos el problema de la tierra, de la educación, de la salud y del desempleo.

Téngase en cuenta que en 1958 sólo estaba forestado el 14% del territorio nacional cubano. La Revolución hereda un medio ambiente negativamente impactado con altos niveles de pobreza, desempleo, analfabetismo y bajos niveles de salud. (Estrategia; 2007)

La Revolución abre las compuertas que permiten se desate el torrente hacia el cauce interminable del desarrollo de la cultura de los cubanos por el cual navega la cultura ambiental hacia las cumbres ambientalistas.

Recientemente Cuba fue reconocida por la ONU como el único país que cumple las exigencias del desarrollo sostenible.

Estudio de la Cultura Ambiental. Comunidad de San José. Las Tunas, Cuba.

En el estudio de la cultura ambiental en la comunidad señalada es necesario tener en cuenta las enseñanzas martianas en evitación de que se repitan allí situaciones planteadas por él hace más de ciento treinta años cuando expresó “La mayor parte de los hombres ha pasado dormida sobre la tierra. Comieron y bebieron; pero no supieron de sí”. (Martí; 1975:283).

En San José están presente los rasgos que permiten considerarla una comunidad por ser esta una categoría social que expresa elementos comunes de los actores sociales en ella como son: un territorio determinado donde interactúan personas, las condiciones básicas de vida, su cultura, su historia, que la distinguen de cualquier otra en su desarrollo, su estabilidad y permanencia. Es una unidad compleja donde se desarrolla su vida colectiva material y espiritual.

También la identifican rasgos sociológicos, naturales, políticos, culturales y sociales de carácter general presentes en otros subsistemas que la integran como las familias, los individuos, los grupos, las organizaciones e instituciones

En su definición de comunidad Armando Hart Dávalos (1988) incluye aspectos como la multidimensionalidad, los elementos geográficos, sociológicos, naturales, territoriales, políticos, culturales y sociales que deben ser conocidos, respetados e integrados para poder hacer de la localidad un organismo social eficiente y efectivo en lo material y espiritual. Héctor Arias Herrera (1995, 11) destaca en la comunidad el enfoque de sistema, el carácter objetivo y la interacción en la actividad.

El territorio donde se asienta la comunidad ya tenía el nombre de San José a inicios del siglo XVIII (Reyna; 2002: 29) pues en los archivos de la Iglesia San Jerónimo consta que en 1704 se reconoce al hato de las Tunas extendido desde San José hasta el Cornito, y estos dos puntos señalados se encuentran en extremos opuestos hacia las afueras de la ciudad.

El diagnóstico comprendió dos fases, una general y otra integral.

El diagnóstico general permitió un acercamiento a la problemática de la comunidad y captar sus problemas más significativos o de las carencias más evidentes. Esta fase se realizó atendiendo a las variables siguientes: ubicación geográfica, industrias, fábricas, grupos etáreos, procedencia de las familias, viviendas, edificaciones, movimientos migratorios y desplazamientos comunitarios, organización social, conflictos sociales, natalidad, mortalidad, ocupación, nivel de instrucción, disponibilidad de agua servicio sanitario para las familias.

También se tuvieron en cuenta las relaciones políticas en sus estructuras y niveles, liderazgo, agrupaciones, instituciones, número de familias, composición socioclasista, obreros, trabajadores por sectores, personal técnico, campesino, intelectuales, cuentapropistas.

Esta fase permitió obtener una información del estado en que se encuentra la realidad económica, social, política y cultural, aportando como resultado, sus principales rasgos para tener un conocimiento general de la comunidad.

En la fase general del diagnóstico se aplicaron los métodos de observación, investigación – acción – participación y etnográfico.

Se aplicaron técnicas como: Estudio de mapas (láminas 1 y 2), entrevistas estructuradas, no estructuradas, en profundidad, enfocadas; encuestas, cuestionarios, revisión de documentos, observación e informes estadísticos.

Como no existen cifras de fuentes oficiales se apeló a datos aportados por las organizaciones de masa, según los cuales este asentamiento cuenta con 644 habitantes. La población infantil hasta 14 años es de 114 niños; 201 jóvenes de entre 15 y 35 años y un total de 59 tienen más de 60 años, el resta está entre los 35 y los 60 años (ver anexo). La proporción de sexo es del 50 % aproximadamente (anexos 8 y 10).

La mayor parte de la población procede de otros territorios de la provincia y de otras provincias de la región oriental llegados hasta aquí con el propósito inmediato de lograr una vivienda en la capital provincial, muy cerca del complejo de la salud y de importantes centros de la educación superior. El ingeniero Edelio Reyna en su tesis de diploma considera que la vivienda más antigua fue construida a “principios del siglo XX” y agrega que a partir de la década del 80, después de la construcción del complejo de la salud y del pedagógico, va creciendo la comunidad producto de una “migración no planificada buscando fuente de empleo” (Reyna; 2002:29) dando lugar a una “explosión demográfica de viviendas en mal estado, sin una planificación local”.

Se insiste por el autor en la ausencia de planificación por el predominio de la espontaneidad y la carencia de ordenamiento urbanístico en el trazado de las calles y otros elementos que debieron preverse en el plan director de la comunidad. Debido a esas insuficiencias en el trazado de las calles la mayoría de ellas son interrumpidas por construcciones o se estrechan (láminas 5 y 6) demasiado afectando la urbanización presente y futura.

Los aspectos señalados anteriormente constituyen elementos discordantes e incompatibles con la cultura ambiental y el avance de la ingeniería y la arquitectura urbanas, debidos al descuido mostrado en la disposición de las edificaciones en San José, sobre todo después de la construcción de las ciudades de Cienfuegos en Cuba y Brasilia en Brasil.

La mayoría de las familias proceden de áreas rurales de otros municipios de esta provincia y del resto de las provincias orientales, casi todas las viviendas se construyeron en años recientes o están en proceso de construcción con paredes de ladrillos y techo de fibrocemento casi todas de un solo piso, las edificaciones más altas son varias viviendas de dos plantas (anexo 2).

Esta comunidad constituye un segmento dentro de la circunscripción pero tiene su organización social propia (anexos 1, 8 y 10) pues cuenta con un núcleo zonal del Partido Comunista de Cuba (PCC); dos zonas de los comités de Defensa de la Revolución (CDR) con sus correspondientes organizaciones de base subordinadas; un bloque de la Federación de Mujeres Cubanas con sus delegaciones respectivas; una organización de base de la asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC) y un colectivo pioneril formado por los niños de la escuela primaria; así como el Grupo de Trabajo Comunitario bajo la dirección de la Delegada que es la representante del poder del Estado en la Circunscripción e integrado por un representante de cada una de las organizaciones y organismos en la localidad.

La composición laboral es mayoritariamente de trabajadores estatales, el nivel promedio de instrucción es de secundaria básica y existe un gran número de profesionales que trabajan en los centro de educacionales y de la salud principalmente.

No tiene instalados hasta las viviendas ni acueducto ni alcantarillado, la mayoría de las familias se sirven el agua de pozos y tienen letrinas o fosas con las consiguientes implicaciones ambientales (anexos 8, 9, 13 y 14). La urbanización está afectada al no tener pavimentadas las calles ni contar con aceras (láminas 4, 5 y 6) a la vez que no se realiza un trazado de las mismas antes de asignar los solares para construir las viviendas, provocando en las calles interrupciones constantes y desproporciones significativas en su configuración. En ella no existen industrias, ni fábricas (anexo 2).

Este diagnóstico se realizó atendiendo a cuatro ejes metodológicos fundamentales: memoria histórica; relación comunidad – instituciones; relación comunidad – entorno; necesidades socioculturales o problemas que afectan el desarrollo.

El estudio de la memoria histórica permitió captar los aspectos que conforman la memoria colectiva de la comunidad a partir del análisis de aspectos como: la familia fundadora, los acontecimientos históricos, artísticos, políticos, científicos, educacionales y económicos; personalidades, personajes, leyendas, juegos populares, tradiciones, habla popular, aspectos de la idiosincrasia, actitudes ante el hecho cultural, psicología, grado de cooperación, compartir vivencias, sensibilidad ante las problemáticas de la comunidad, compromiso con la comunidad, tolerancia, aceptación del otro, diversidad, respeto, solidaridad, humanismo y patriotismo.

Para captar la información en esta parte se utilizaron como técnicas las encuestas, entrevistas estructuradas, análisis de documentos, talleres de reflexión y entrevistas a expertos.

La memoria histórica es la memoria colectiva, memoria de grupo, es el flujo de recuerdos, evocaciones, costumbres, hábitos. Toda memoria es patrimonio compartido en tanto una parte de esta se encuentra conformada por el cúmulo de experiencias no vividas y/o asumidas a partir del conocimiento. Todo sujeto es portador de una memoria, que es el resultado de una sumatoria de sujetos de los cuales ninguno ocupa una posición privilegiada, sino que han contribuido a darle al individuo su sentido de universalidad.

La memoria histórica es la capacidad de recordar, es el soporte donde quedan impresas las huellas del pasado, la información virtual y actualizable que estas contienen, y la información efectivamente actualizada en forma de recuerdos.

Antes de 1959 no existía ninguna vivienda en el área que hoy ocupa la comunidad, eran tierras dedicadas a potrero para la crianza de ganado mayor fundamentalmente y los dueños de las vaquerías tenían sus viviendas ubicadas en la cuidad o en otras áreas rurales próximas.

Después del triunfo de la Revolución, el primero de enero de 1959, comienzan a aplicarse leyes revolucionarias y con el paso de las tierras a manos del Estado se inicia un proceso de transformaciones en los campos, y es así que se llevan a cabo algunas construcciones y se asientan varias familias en los alrededores. En 1981 fue inaugurado el hospital general Ernesto Guevara que forma parte del gran complejo de instalaciones de la salud próximo a la comunidad estudiada.

El territorio se fue poblando con familias procedentes de otras zonas de las regiones orientales, especialmente de Las Tunas, Puerto Padre, Holguín y Bayamo (anexo 12).

La información recogida mediante informantes claves han permitido determinar que la primera familia asentada en las proximidades de este territorio es de apellido Velázquez que da nombre a un reparto muy próximo a esta comunidad (anexo 3 y 4). Integrante de esa familia es José Ramón (Mongo) Velázquez Bello cuya residencia actual está ubicada en la calle Francisco Varona No. 278, entre Nicolás Heredia y Joaquín Agüero.

Según Mongo la finca tenía 18 caballerías y se dedicaba a la crianza de ganado vacuno y fue comprada en 1947 por Aurelio (Yeyo) Velázquez a José Acosta. La única casa existente en el lugar en aquella época estaba ubicada en las proximidades de donde hoy está situada la bodega y vivía en ella el mayoral de la finca llamado Ángel Bello, prima de la esposa del dueño.

La finca fue intervenida en los primeros años de la Revolución mediante la aplicación de la ley de reforma agraria y a los pocos años comenzó a poblarse de nuevos moradores.

Próximo a la casa del mayoral estaban los corrales para el ordeño de las vacas cuya fuente de agua para todas las instalaciones procedía del subsuelo extraída por un molino de viento hasta un tanque. Uno de los ordeñadores a mediados de 1963 era Antonio Álvarez Soriano, llegado a la zona procedente de La Rosa en el municipio Las Tunas (anexo 5) y es la persona que lleva más tiempo viviendo en la comunidad.

Plantea Álvarez que en 1963 cuando azotó el ciclón Flora no existía ninguna vivienda en el lugar donde hoy se ubica el centro de la comunidad, para esa fecha ya vivían cinco familias en sus proximidades y respondían a los apellidos Velázquez, Pérez, Palmero, Meriño y González.

La primera casa del poblado, dice Álvarez, fue construida más tarde por un tal Pablo, marido de Emerita y hoy sirve de morada a Cachanito. Frente a esa casa se construyó más tarde un chalet en la calle 80 donde hoy vive el doctor Senén Peña.

La familia Pérez llegó procedente de la zona de las Mil Nueve mediante una permuta con el Estado.

Entre los hechos significativos desde el punto de vista histórico la comunidad recuerda el nacimiento del niño Reynol Vicente Estrada Rodríguez el 23 de enero de 2005, día del aniversario del natalicio del Mayor General Vicente García González, por lo cual recibió un módulo de canastilla y dio inicio a una tradición en la comunidad que se celebra todos los años. En 2006 asistieron el primer secretario del Partido en la provincia Jorge Cuevas Ramos y el del municipio Vladimir Amad Moro, al primer cumpleaños del niño.

Principales necesidades de la cultura ambiental

– Profundizar y ampliar los conocimientos relacionados con la cultura ambiental.

– Incrementar la participación colegiada y coordinada de la comunidad en la prevención y solución de los problemas ambientales del entorno.

– Estimular la disposición y entrega de los comunitarios hacia las acciones que propician mayor higiene, estética y recreación comunitarias.

– Elaboración de una estrategia para proyectar y gestionar el desarrollo de la cultura ambiental en la comunidad.

– Promover proyectos, investigaciones e intervenciones en el desarrollo de la cultura ambiental material y espiritual.

– Fomentar y sistematizar actividades de la animación sociocultural con la participación de factores propios e instituciones del territorio.

– Fomentar la emulación entre las estructuras organizativas de la comunidad a favor de la limpieza, el embellecimiento y la recreación de los comunitarios.

– Perfeccionar y procurar la diversificación para mejorar la cultura alimentaria.

– Mejorar la calidad y cantidad de jardines en viviendas y comunales.

– Una estrategia integradora de todos los proyectos y acciones para el desarrollo cultural ambiental.

Otras insuficiencias

– Potencialidades productivas sin aprovechar

– No existen acueducto ni alcantarillado

– La calidad del agua es regular

– Pocas opciones recreativas a la población

– La mayoría de las casas carecen de jardines ornamentales

– No existen campos deportivos, ni biblioteca, ni cafetería

– Es limitado el conocimiento de la teoría ambiental

– Existen animales domésticos sin el debido tratamiento veterinario

– No han logrado movilizar a los comunitarios en función del ornato y ambientación de las viviendas y sus alrededores

– Hay potencialidades volitivas sin estimular

La propuesta del sistema de acciones se basa en la legislación ambiental vigente.

La Estrategia Ambiental Nacional tiene dentro de sus objetivos estratégicos generales:

Establecer el escenario y diseñar las acciones que conduzcan a la preservación y el desarrollo de los logros ambientales alcanzados por la Revolución.

Contribuir a la prevención y a la solución de los principales problemas del medio ambiente en el país, lo cual incluye la erradicación paulatina de las insuficiencias detectadas en la aplicación de la política y la gestión ambiental cubanas.

La gestión y la política ambiental cubana se sustentan en principios tales como:

1. Coadyuvar al desarrollo económico y social sobre bases sostenibles.

2. Reconocimiento del derecho ciudadano a un medio ambiente sano, donde la elevación constante de la calidad de vida de la población constituye el centro del quehacer ambiental nacional.

3. Concentración de los esfuerzos en los principales problemas ambientales del país, sin descuidar los problemas locales y sus prioridades.

4. Participación activa de todos los actores sociales, tanto a nivel central como local, sobre la base de una acción coordinada, fundada en la cooperación y la corresponsabilidad.

5. Profundización de la conciencia ambiental, con énfasis en las acciones de educación, divulgación e información ambiental.

Propuesta de Sistema de Acciones a ejecutar

Conclusiones

La política cultural cubana se fundamenta en la vinculación estrecha de las potencialidades endógenas de las comunidades con el aporte de factores exógenos nacionales e internacionales. Para el desarrollo de la cultura ambiental deben armonizar dialécticamente las transformaciones materiales y espirituales.

Como resultado del estudio realizado y la aplicación del diagnóstico se que en la comunidad de San José no se aprecia el despliegue, con enfoque estratégico de todas las vías para el desarrollo de su cultura ambiental debido a limitaciones en la disponibilidad de recursos materiales y financieros en las estructuras del gobierno municipal, por falta también de un enfoque integral y coordinado en la realización del trabajo cultural comunitario y por carencia de conocimientos e iniciativas para mejorar las condiciones ambientoculturales de la comunidad. Pero es posible lograrlo si se implementan modelos adecuados de transformación teniendo en cuenta sus necesidades y potencialidades, si existe cooperación y coordinación de todos los factores endógenos y exógenos relacionados con esta labor.

Para la solución de las necesidades de la cultura ambiental en San José, dado el amplio espectro de las mismas, se propone un sistema de acciones por el carácter integrador de éste, no se trata sólo de transformaciones tangibles o de emplear muchos recursos materiales y financieros, sino, además, cambiar el modo de pensar de los actores sociales y mejorar la calidad de vida a partir de la formación de nuevos valores y fortalecer los sentimientos y las convicciones. La aplicación del sistema de acciones para el desarrollo de la cultura ambiental contribuye al desarrollo de la cultura general de la comunidad, al avance del trabajo cultural comunitario y a la elevación de la calidad de vida de los comunitarios.

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Beleydis Peña Rodríguez Beleydis. (2011, diciembre 13). Acciones estratégicas para fomentar la cultura ambiental en San José. Las Tunas, Cuba. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/acciones-estrategicas-para-fomentar-la-cultura-ambiental-san-jose-las-tunas-cuba/
Beleydis Peña Rodríguez Beleydis. "Acciones estratégicas para fomentar la cultura ambiental en San José. Las Tunas, Cuba". gestiopolis. 13 diciembre 2011. Web. <https://www.gestiopolis.com/acciones-estrategicas-para-fomentar-la-cultura-ambiental-san-jose-las-tunas-cuba/>.
Beleydis Peña Rodríguez Beleydis. "Acciones estratégicas para fomentar la cultura ambiental en San José. Las Tunas, Cuba". gestiopolis. diciembre 13, 2011. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/acciones-estrategicas-para-fomentar-la-cultura-ambiental-san-jose-las-tunas-cuba/.
Beleydis Peña Rodríguez Beleydis. Acciones estratégicas para fomentar la cultura ambiental en San José. Las Tunas, Cuba [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/acciones-estrategicas-para-fomentar-la-cultura-ambiental-san-jose-las-tunas-cuba/> [Citado el ].
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